Organiza bien tu tiempo de práctica. Escribe en un papel cada tópico o técnica que vas a practicar y el tiempo que piensas dedicarle a cada tópico, tomando en cuenta el tiempo que tienes disponible para practicar. Ejemplo (basándonos en hora y media de práctica):
a. Ejercicios de calentamiento 10 minutos
b. Lectura Musical 20 minutos
c. Acordes 20 minutos
d. Escalas 20 minutos
e. Arpegios 20 minutos
Enfatiza aquellas áreas que aun no dominas. Evita perder tiempo practicando aquellas cosas que ya sabes.
Practica usando siempre un metrónomo, especialmente los ejercicios que aun no dominas. El metrónomo te ayudará a desarrollar un buen sentido del tiempo.
Practica lentamente al principio, y ve aumentando gradualmente el tempo a medida que vayas adquiriendo dominio del ejercicio. El tratar de tocar rápido desde el principio provoca inestabilidad rítmica, inseguridad y frustración. Recuerda que el dominio del instrumento se adquiere tras largas horas de disciplinada práctica.
Sé consistente; jamás te rindas. Si algo no salió bien hoy, mañana saldrá mejor. La clave es la persistencia y paciencia.
Recuerda tomarte un receso de 5 minutos por cada hora de práctica que realices.
Evita los bloqueos mentales. Si llevas mucho tiempo practicando algo y no te sale, es hora de tomarte un receso. Aléjate del área de práctica y realiza alguna otra tarea que tengas que hacer. Verás que luego de un rato, cuando vuelvas a intentarlo, saldrá mejor, porque tu mente estará más relajada.
Enfócate en las áreas que te presenten dificultad en un pasaje musical, en vez de repetir todo el pasaje muchas veces. Si, por ejemplo, estás practicando un ejercicio y tienes problemas en el cuarto compás, repite lentamente ese compás varias veces. Luego ve tocándolo gradualmente más rápido, hasta que lo puedas tocar al tempo real. Por último, toca el ejercicio completo. Recuerda usar el metrónomo.
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